domingo, 11 de julio de 2010


Y entonces se produjo un extraño silencio. Él lo rompió.
-¿Te pasa algo, verdad?
-No, no es nada…
-¿Estás incómoda o algo así? Yo quiero que estés a gusto…

-No, no, estoy bien, estoy a gusto contigo…No me pasa nada…
-Venga, dímelo…sea lo que sea que sepas que yo voy a estar contigo…Llora, haz lo que quieras, yo estoy aquí contigo…
-¿Enserio?

-Si...ahora quiero que me des un beso. Pero quiero que me lo des tú.

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